domingo, 4 de marzo de 2012

KANDINSKY CREADOR DEL ARTEA ABSTRACTO

KANDINSKY
Hasta aquí hemos visto un breve repaso a la biografía y evolución de la obra de Kandinsky, pero no podemos dejar de lado al hombre, al artista, a su calidad humana. Y lo haremos de la mano de su segunda esposa Nina Kandinsky, a quien conoció en 1916 y, prácticamente, ya no se separarían. Por esa época escribió en una carta: Siento como si mi antiguo sueño estuviera más cerca de la realidad. Ya sabes que mi sueño era pintar un gran cuadro cuyo sentido fuera la alegría, la felicidad de la vida o del universo. De pronto siento que la armonía de los colores y las formas son la alegría de este mundo.
Una alumna de Kandinsky en la Bauhaus cuenta que la relación con sus alumnos era muy respetuosa: Admirábamos su claridad y su lógica. Era muy concreto. Todo aquello que decía era evidente e imposible de rebatir. Otro alumno recuerda cómo eran las clases: Kandinsky sabía mucho. Sabía tanto como un sabio oriental. Su saber universal en historia del arte, psicología, historia de la cultura, antropología, etcétera, nos impresionaba. Estábamos fascinados de que estuviera tan convencido de sus teorías. Amábamos, adorábamos y tomábamos ejemplo de su pintura, ya que estábamos seguros de que su trabajo nacía de un convencimiento sincero. Este mismo alumno dice también de él: Me enseñó a hablar en el lenguaje de la pintura y de la vista, de él aprendí las palabras para escribir frases. Para mí Kandinsky era el profesor que me indicaba que todas las formas en la pintura tienen su significado, y no he aprendido a entenderlo por Kandinsky, sino que lo he comprobado por mí mismo guiado por él.
Ya hemos hablado de la importancia de la música en su obra; a este respecto, y tras escuchar Lohengrin, comenta: Tuve que reconocer que el arte en general era mucho más poderoso de lo que me parecía, que por otra parte, poseía y podía desarrollar las mismas fuerzas que la música. Este pensamiento nunca le abandonó y le llevó, tras diez años de anotaciones, a escribir Sobre lo espiritual en el arte, que contiene todas sus ideas sobre la abstracción. Si la música no utiliza sonidos reales de la naturaleza como el viento en las hojas, el murmullo de los ríos o el canto de los pájaros, ¿por qué no habría de hacer él lo mismo con la pintura? Música en los lienzos, vida interior expresada en colores y formas.
No hay fraude en la obra de Kandinsky (no se puede decir lo mismo de todo el arte abstracto). Él sentía los colores, disfrutaba de los cuadros. El siguiente comentario surge de lo más profundo de su alma: En general el color es un medio para sensibilizar directamente al espíritu. El color es la tecla. El ojo es el martillo. El alma es el piano. El artista es la mano que, con una u otra tecla hace vibrar el espíritu del ser humano. Esta "necesidad interior" es la clave de la obra de Kandinsky, y el artista que emprende una obra sin esta "necesidad interior" sólo obtendrá pobres resultados. Aquello que nace de una necesidad interior y espiritual, es bonito. Es bello, si es hermoso interiormente.
Podríamos definir a Kandinsky como una persona afable, humilde, abierta, muy activo, meticuloso y tremendamente honrado en su trabajo. Por más que no nos guste el arte abstracto, creo que alguien así se merece, como poco, un esfuerzo de comprensión por nuestra parte, antes de condenar su pintura. Algo ve él en el juego de colores y formas que se nos escapa, quizás no lo entendamos porque nos falta desarrollar más la sensibilidad para la pintura. No todo el mundo se emociona o se arroba con el adagio de Albinoni, hace falta gusto y sensibilidad para la música. ¿No estará sucediendo esto mismo con la obra de Kandinsky? Su pintura entraña dificultades para ser entendida, para poder sentirla y emocionarnos, pero quizás el esfuerzo merezca la pena. Si no conseguimos ese mirar con "ojos libres", tal vez nos estemos perdiendo algo bello, algo internamente hermoso.

1 comentario:

  1. hermoso ... la primera ves q vi esa pintura , m sentí feliz por alguna extraña razón, desde ese momento Kandinsky siempre estuvo en mi mente, aunque no me volví a dedicar como antes al dibujo ni a la pintura, yo siempre sentiré lo mismo, y con el aprendí de una forma extraña a mirar el todo y no solo la forma, y que en la paciencia encuentras la perfección de las cosas, ver el arte.

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